La vida útil de una pastilla de freno varía en función del modo de conducción, pero en cualquier caso es inevitable su sustitución cuando el revestimento se va agotando.
La función principal del sistema de frenos de un vehículo es responder de forma inmediata y eficaz cuando lo requiera una necesidad de desaceleración o situación de emergencia, es decir, cuando por cualquier razón es preciso detener un vehículo. En la mayoría de los automóviles el sistema de frenado se soporta principalmente en las ruedas delanteras, que cuentan con frenos de disco, más resistentes y con mejor disipación del calor que las ruedas traseras, frecuentemente equipadas por frenos de tambor. No obstante, en la actualidad cada vez más modelos de automóviles incorporan frenos de disco en ambos ejes.
El sistema de frenos de disco se compone de un disco metálico, unido mecánicamente al eje y a la rueda, sobre el que se montan en un soporte o pinza las pastillas de freno. Esta es la pieza que sufre el mayor desgaste, al tener menos dureza que el metal del disco y por la potencia de fricción que debe ejercer para frenar el vehículo. La pastilla de freno se compone de un soporte metalico sobre el que se incorpora un revestimiento (cerámico, con fibras metálicas u orgánico, a base de grafitos, resinas o materiales similares).
Normalmente, un coche está equipado con dos pastillas de freno por cada disco de freno, o sea, un juego de cuatro pastillas de freno por eje. En cada frenada, esta fricción supone una pérdida de material del revestimiento de la pastilla y del disco de freno. Por este motivo, la vida útil de una pastilla varía en función del número e intensidad de las frenadas, pero en cualquier caso es inevitable su sustitución cuando el revestimento se va agotando. Los vehículos más modernos están equipados con sensores que avisan cuando el revestimento de la pastilla está a punto de agotarse.
Las pastillas de freno se desgastan más rápido y se cambian con más frecuencia que los discos de freno. En general, un juego de pastillas dura alrededor de dos veces menos tiempo que un juego de disco de freno. Por lo tanto, es posible cambiar los discos cada dos cambios de pastillas.
Conviene saber que para su ajuste correcto las pastillas de freno necesitan un rodaje de entre 500 y 1.000 Km., según el tipo de calzadas frecuentadas y el estilo de conducción. De hecho, los frenos ofrecen un rendimiento menor y resultan menos eficaces cuando las superficies de contacto aún están totalmente lisas. En este período es conveniente aumentar las distancias de seguridad y evitar las frenadas bruscas y prolongadas.
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